domingo, 27 de septiembre de 2009

El regalo de bodas (parte 2)




"Después de esa noche de amor y pasión descontroladas, no volvieron a tocarse ni a mencionar el asunto, Hermione supo que amaba locamente a su marido pero se sentía rechazada, recorrió muchas veces las masmorras que ahora eran su hogar y sonreía recordando la de travesuras que hizo para estar más cerca de él, y siempre Snape caía en sus juegos sin saberlo pensando que ella era una sabelotodo insufrible.
Snape, por su parte, se concentró en su trabajo para no pensar en ella, pero cada vez que creía ir bien, el dulce aroma a flores frescas que el cuerpo de Hermione despedía lo transtoraban dejándolo completamente loco de amor por ella, recordaba una y otra vez esa única vez que la tuvo entre sus brazos y anhelaba volver a hacerlo, besarla y estrecharla fuerte contra su pecho, pero no se atrevía, no se creía correspondido y siempre veía a Hermione como ida y en otro planeta, como si estuviera a miles de kilómetros de él ... tal vez mentalmente estaba con Bill y eso lo hacía hervir de celos. Hermione, pese a sus sentimientos, no hizo el más mínimo esfuerzo por acercarse a su marido, ella estaba tranquila y esperaba que él tuviera alguna vez un gesto amable, por lo tanto, debía ser paciente y esperar ... eso le había dicho Dumbledore uno de esos días que la encontró caminando descalza por las praderas que rodeaban Howarts, conversación en la cuál ella aprovechó de abrir su corazón con el anciano director, de más estaba decir que Dumbledore sabía con exactitud lo que sucedía en ambos corazones, pero ya Hermione había dado muchas muestras de amor y solo Severus era quien debía tomar las decisiones ahora.
Severus los vio de lejos conversando pero nunca les preguntó sobre qué era, estaba cada día más enamorado de su mujer, el que cada día le sonriera pese a su indiferencia, el que cada día cantara sin motivo aparente, siempre estaba ocupada en algo y siempre le conversaba sobre cualquier tema, siempre desayunaba y cenaba junto a él en lo comedores del colegio conversando con los demás docentes, y siempre la encontraban encantadora, le decían que era afortunado en tener una esposa como ella y que sería fantástico que la entrenara para ser su ayudante. Durante las noches, él dormía en un sofá enorme que tenía en su sala de estar, Hermione muchas veces le dijo que lo hiciera junto a ella para que no se enfermara por el frío nocturno pero él se negaba a compartir el lecho con esa mujer tan maravillosa pensando que no se contendría al tenerla tan cerca de su cuerpo. Muchas veces la espió cuando ella distraidamente se desvestía en su cuarto, sintiendo el corazón latiendo desbocado en su pecho, loco de amor, loco de deseos, anhelante de su perfume y de acariciar aquella piel tan delicada, respirando full de pasión, pero volvía a su sillón, confundido y atontado.
Uno de esos días, Hermione se preparaba para ir a cenar, pero Severus le pidió que cenara con él en las mazmorras, quería hablar con ella.
- Sé que ambos fuimos empujados a este matrimonio - le dijo él cuando estuvieron sentados uno frente al otro en la mesa con la cena al frente y unos pequeños vasos vacíos de vino - y sé que amabas a alguien más al casarte conmigo, por mi parte, no había nadie.
Hermione escuchaba en absoluto silencio.
- Hemos compartido mucho tiempo juntos y hemos apenas intercambiado un par de palabras, yo me he dedicado a mi trabajo mientras que tú, Granger, estás aquí haciendo exactamente lo que te pedí el primer día que llegamos: no molestar - siguió él mirándola fijo a los ojos, Hermione no desvió los de ella, Severus pensó que no podría seguir hablando al ver aquellos luceros brillar con algo desconocido para él, pensó que la mirada de Hermione era lo más maravilloso del universo y no quería nunca más dejar de sentir esa calidez que le transmitía, ese bienestar desconocido y que tan bien le hacía ...amaba a Hermione como nunca había amado a nadie ... desvió sus ojos de los de ella para continuar hablando - lo que yo quiero decir es que no quiero tenerte atrapada en esta farse y que puedes irte cuando quieras.
- ¿Irme? - dijo ella - ¿y mi padre?¿y tu familia?¿qué les diré ... que te abandoné?
Severus negó en silencio.
- Les diremos la verdad ... y anularemos este matrimonio ...
- ¿Qué verdad, Severus?
Él iba a decir que dijeran que el matrimonio no se había consumado pero se calló, sería una completa tontería decir algo así.
- Que no nos amamos ... - dijo él por fin, después de una eterna pausa, sin mirar a Hermione, con voz temblorosa por el dolor.
- Severus - dijo ella con voz mucho más calmada que la de su esposo - ¿tanto me detestas que me quieres fuera de todo lo tuyo?
-No digas eso, Hermione ... - respondió con voz dolida.
- ¿Entonces ... qué es?
- Lo sabes ... nos casaron y ... - no se atrevió continuar como tampoco a mirarla nuevamente.
Ella tragó en seco, se puso de pie al sentir que las lágrimas se asomaban en sus ojitos y un mareo improvisado se le presentó, sintió un dolor en el pecho al mismo tiempo que las emociones la traicionaron y se le manifestaban como un incontrolable deseo de vomitar. Severus la vio, preocupado, se puso de pie para sostenerla antes de que se desmayara en sus brazos. La llevó a la cama y la recostó con delicadeza, luego la cubrió con el cubrecamas y se sentó a su lado, contempló enamorado el bello rostro femenino, sus rasgos perfectos y, en un impulso, acarició el cabello castaño de seda amando cada partícula de esa mujer, cada detalle y cada aroma que despedía. Hermione, entre sueños, sintió las caricias dulces y la presencia reconfortante de su marido, le hizo muy bien pero las nauseas no se le iban.
- Severus ... - le susurrró con su voz delicada - me siento muy mal ... necesito algo que me reconforte y me quite las nauseas.
Snape tomó una de las manos de Hermione entre las de él, y se la besó con devoción antes de ponerse de pie para buscar algo que le calentara el estómago, no encontró absolutamente nada más que aquel licor que bebieron ese primer día que llegaron y que se amaron locamente ... ¿se lo daba o no? lo pensó durante unos segundos ¿qué pasaría si su mujer bebía ese licor, se volvería una loba en celo como aquella vez? pero estaba delicada de salud ¿qué tan bien le haría? mejor que ella decidiera y se dirigió aldormitorio con la botella y un vaso.
- Hermione - le dijo sentándose nuevamente a su lado, ella tenía ambas manos sobre su vientre y lo miró - lo único que tenemos es este licor ... el que ... tú sabes ...
Hermione sonrió al notarlo turbado.
- Profesor Snape - le dijo con tono de voz en broma - ¿se da cuenta que impartiendo la clase de pociones no tiene ninguna que calme unas nauseas?
Severus sonrió ante la incongruencia y se encongió de hombros.
- Si llego a abrir esta botella -dijo él nevioso - es probable que ... se repita lo de aquella vez ... y ...
Hermione sonrió ante el nerviosismo masculino y se sentó apoyándo un codo en la cama, con su mano pequeñita, acarició el rostro de su marido.
- Severus ... ¿me temes acaso?¿temes que ese licor nos transforme en otras personas y hagamos el amor nuevamente?¿o temes que sean nuestros verdaderos sentimientoslos que afloren?
Snape no contestó, estaba perdido en esa pequeña caricia que su esposa insistía en darle, el calor de la mano femenina, el perfume proveniente de aquella muñeca ... su suavidad ... con algo de desesperación, tomó esa mano entre las suyas para llevarsela a los labios y besarsela con devoción, Hermione supo que esa era su manera de decirle cuánto la amaba y dejó que él decidiera qué hacer, Severus la miró a los ojos sin soltar la mano femenina y pasándosela contra el rostro una vez más.
- Tienes la piel tan suave ... - le dijo antes de acercarse a Hermione y besarla suavemente en los labios, ella le correspondió mientras que Severus la abrazó fuerte por la cintura para atraerla a él, acarició el cabello de seda y luego se separó de su esposa para mirarla a los ojos una vez más, los ojos de ella brillaban esperando una explicación - Hermione ... yo tengo tantas cosas atoradas ...
- Severus - lo interrumpió ella - ¿de verdad quieres que me aleje de tí para siempre?
- No, es lo que menos deseo - respondió Snape con sinceridad - no soportaría estar un día más sin tí ...
- ¿Por qué?
Severus sin pensarlo, abrió la botella y se sirvió un trago para bebérselo al seco, el liquido dulzón tipo late harvest le infundió un valor desconocido, haciéndole sentir un hombre fuerte dispuesto a todo por esa mujer fantástica, sintió que su amor traspasaba todas las barreras y que era capaz de luchar contra el mundo por ella. Hermione lo miraba con curiosidad, podía ver el cambio de su marido y podía notar que hervía por estar con ella, que no controlaría su pasión y que esa noche la pasarían juntos una vez más, sonrió enrojeciéndose ante la idea tentadora justo en el preciso instante que Severus la tomaba por la barbilla para que lo mirara, él se acercó para besarla nuevamente pero ella corrió su rostro.
-No, Severus, quiero saber algo ... - le dijo sin dejar que él la besara.
Él hizo un gesto de impaciencia y sin controlarse, acarició el cabello femenino disfrutando de su suavidad contra su mano.
- Dime por qué no quieres que me vaya - dijo ella casi tan ansiosa como él de sentir el cuerpo desnudo de su esposo contra el suyo y ser estrechada con pasión, sentir los labios de Severus en su cuerpo, sus manos inquietas recorriendo su cuerpo brindándole placer ... el aroma del licor había hecho estragos en ella una vez más.
Snape no contestó, solo se limitó a besar alocadamente los labios de su esposa, beso que fue correspondido con la misma pasión, se desvistieron de prisa entre caricias sin separar los labios del cuerpo uno del otro, y se amaron con la misma pasión que la primera vez, Severus adoró el cuerpo delicado de Hermione como si fuera el de una diosa y procuró darle todas sus atenciones y el placer que él podía brindarle. Hermione se dejó amar y se sintió completamente perdida entre los besos y las caricias recibidas, gozó de cada movimiento y cada suspiro que él le brindó en su piel. Cuando hubo acabado el ardor, Severus la atrajo hacia él abrazándola mientras Hermione apoyaba su pequeña cabecita en el pecho desnudo de su esposo, él acarició con profundo amor el cabello castaño perfumado y luego besó las manos femeninas.
- ¿Por qué ese licor hace que perdamos la cabeza y terminemos revolcándonos? - dijo Hermione sonriendo en el pecho de Severus.
Él, sin dejar de acariciar a su mujer, sonrió también, pensó que había sido una fantástica idea el volver a abrirlo y dejar que ellos disfrutaran nuevamente, pero no podía dejar a Hermione así, no podía estar a su lado sin saber la verdad de sus sentimientos.
- Bendito sea - dijo él riendo y Hermione levantó el rostro risueño para ver los ojos de ese hombre que amaba tanto, Severus reía y ella rió con él.
- No juegues conmigo, Severus - le dijo ella sin dejar de sonreír, se sentía feliz con él a su lado pese a que él jamás había demostrado un poco de cariño o atención hacia ella, excepto esa noche en la cuál estuvo a punto de desmayarse, mostró verdadera preocupación y eso le alegró el alma. De pronto, él se puso serio y miró fijamente los ojos femeninos.
- Hermione ... debo decirte la verdad, ya no puedo seguir ocultándolo ... estoy perdidamente enamorado de tí ...
Hermione lo escuchó y no daba crédito a la declaración de amor, Severus puso una de sus manos en el rostro de ella para acercarla a sus labios y darle el beso más sincero que había dado en su vida. Ella se sintió transportada a un mundo de ensueños donde podía ser una mujer completa y de familia, enamorada hasta los huesos de ese hombre desde que era tan solo una niña, sintió que se entregaba en cuerpo y alma a él. Pronto las caricias subieron la temperatura de ambos cuerpos y él se puso sobre ella para sentirla más suya, sentir que esa mujer que tanto amaba era de él y que tenía el privilegio de disfrutar lo hicieron sentir una felicidad nueva y esperanzas, algo que jamás había sentido. Hermione disfrutaba el sentirse amada y sobre todo, el saber que era verdad lo que Severus le había dicho. Una vez calmado ese segundo capítulo de pasión, fue el turno de él de apoyar su cabeza en el pecho de su mujer, donde ella aprovechó de acariciar sus cabellos con sus dedos pequeños y delicados.
- Severus ... ya que fuiste sincero conmigo, debo serlo yo contigo.
- Te escucho, Hermione.
- El licor ... el licor ...
Severus se levantó para mirar el rostro de su mujer, serio. Ella estaba sonrojada y no sabía cómo continuar.
- ¿Qué hay con el licor?
- El licor tiene un hechizo ...
- ¿Qué? - Snape se sintió indignado con Hermione y se alejó de ella.
- Severus ... - continuó ella, cubriendo su desnudez con las sábanas y sentándose en la cama, estaba preocupada y nerviosa por la reacción de su marido - yo no lo hechicé ... yo no sabía de sus efectos ...
- ¿Hace cuanto que lo sabes? - le preguntó con dureza.
- Un par de días ... - dijo con voz baja, nerviosa.
- Fingiste entonces ... el mareo, las nauseas ...
- No, eso se debe a otra cosa ... más fuerte y más grande ...
Snape se volteó a mirar el rostro de Hermione, se puso pálido ante la noticia y no necesitó que ella siguiera hablando para saber lo que sucedía.
- ¿Es verdad? - le preguntó sentándose a su lado, acariciando el rostro femenino.
- El licor fue el regalo de bodas que Dumbledore nos dio - dijo ella sin responder la pregunta de su esposo - estaba hechizado para que dejáramos escapar nuestras emociones más profundas y las confesáramos ... pero era necesario que ambos estuviéramos juntos ... - Snape acarició el rostro femenino con amor sin dejar de observarla - no es que fuera afrodisiaco ... es solo liberarnos y como no nos habíamos dicho lo que sentíamos, actuaba de esta manera ...
- Hermione, está bien, entendí ... solo quiero saber lo otro ... - Severus le dio un pequeño beso en la mejilla y acarició el cabello desordenado femenino - ¿los mareos se deben a ...
- ¿Y si fuera cierto?
- ¿Lo es?
Hermione calló y asintió sin articular palabra, Snape la abrazó fuerte contra su pecho besando el cabello de ella con amor y ternura.
- Es lo mejor que le ha pasado a mi vida - le dijo con voz suave - estar con la mujer que amo y tener un bebé con ella.
Hermione sollozó de emoción sin soltarse del abrazo protector de su esposo al cuál amaba con todo su ser.
- Insufrible sabelotodo - le dijo con voz cariñosa - Gryffindor malcriada ... aún no sé como te amo tanto ...
La separó de sí para secar con sus toscos dedos las lágrimas que corrían por ese rostro níveo.
- Yo también te amo, Severus, desde que soy pequeña y me hacías clases ... y me castigabas más de la cuenta.
Ambos sonrieron ante los recuerdos.
- Eras una maldadosa - le dijo él volviendo a abrazarla - pero quería tenerte cerca aunque sea castigada.
- Y yo me portaba mal a propósito ... - Hermione sonrió en el abrazo cálido.
Se besaron con amor.

Epílogo:
Severus sonreía mientras contemplaba a su esposa caminar descalza por los prados de la casa de campo que habían comprado años atrás para pasar los veranos, durante el año vivían en Howarts y mientras él impartía clases de defensa contra las artes oscuras, Hermione se había entrenado y era la secretaria de Dumbledore, él la estaba preparando para ser auror y mientras ellos estaban trabajando, sus dos hijos asistían a clases. Tenían mellizos, niño y niña, y eran muy amados, él pertenecía a Gryffindor como su madre y ella a Slytherin como su padre. Los niños tenía 12 años y correteaban alrededor de Hermione jugando. Snape recordó que cuando abrió ese bendito regalo de bodas, el licor de la verdad, había presenciado esa misma escena ... y bendijo a Dumbledore por tan maravilloso regalo. De pronto, Hermione levantó el rostro y lo miró, le regaló una dulce sonrisa antes de fijar sus ojos en sus hijos. Severus salió de la casa, para ir donde ella y abrazarla fuerte, acto que ella correspondió con amor.
- La amo tanto, Sra. Hermione de Snape - le dijo mirando su rostro bello y despejándolo de unos mechones de cabello castaño rebeldes que insistían en tapar ese rostro que tanto amaba.
-Lo amor, Profesor Snape - le dijo ella.
Se acercaron a besarse, pero en ese instante los mellizos llegaron de sus correría e interrumpieron el acercamiento de sus padres.
- Me has hecho muy feliz, Hermione - le dijo él dándole un pequeño beso en los labios.
Hermione correspondió el beso antes de seguirlo al interior de la casa.
THE END
****************************************************************************

viernes, 25 de septiembre de 2009

El regalo de bodas (parte 1)



Uno de los tantos fics que he creado, tengo por montones, creo que es bueno que los comparta en este sitio pues me hacen sentir sumamente bien cuando los creo, en éste en particular, salí sonriendo por la calle cuando me iba a mi casa y todos me miraron como bicho raro ... jajajajaja.

"Hermione suspiró dándose valor, estaba nerviosa, muy nerviosa, su boda estaba a punto de llevarse a cabo ... una boda en la cuál no habría risas ni alegrías, una boda a la cuál estaba obligada a llevar a cabo con un hombre que no amaba, mucho mayor que ella, y para colmo, que había sido su profesor en sus años juveniles en Howarts, del cuál no tenía los mejores recuerdos como maestro. Caminó seria hacia el altar, mirando fijo hacia adelante sin pestañear y con su padre acompañándola, notó que su novio no la miraba, recordó que él también estaba obligado a contraer nupcias con ella ante el compromiso de su familia de aceptarla como pago de la deuda y evitar que Severus pasara indefinidamente a la soltería sin dejar herederos ni transmitir el apellido Snape. El acuerdo había sido entre ambas familias, la de ella para liberar a su padre de la deuda que lo tenía amarrado en cuerpo y alma y la de él para evitar el deshonor. Ahí estaban sus amigos, apoyándola pero sin lograr entender los motivos de ese matrimonio sin amor, pero incondicionales a su lado: Harry, Ron, Ginny, Luna, Neville, Victor, Hagrid, Seamus, Angelina ... y Bill, hermano mayor de Ron y el amor de su vida ... Bill la miraba con ojos llorosos y sin derramar lágrimas, no había sido invitado a la boda, pero ahí estaba por su propia voluntad, tenía que ver con sus propios ojos que esa mujer que tanto amaba, con la cuál quería vivir el resto de sus días, con la que quería despertar por las mañanas y abrazar por las noches, se casara con el Profesor Snape, maestro de pociones de ese gran colegio de magia y hechicería ... Hermione le había explicado sus motivos pero él no los había entendido, los matrimonios concertados no existen ni en el mundo de la magia ni en el mundo muggle ¿por qué ella aceptaba tan pasiva algo tan espantoso? sin contar que Snape tampoco quería nada con ella ... los motivos no calmaban el fuego de su corazón y lleno de dolor quiso verla por última vez antes de marcharse para siempre de la vida de todos ... Hermione lo vio pero siguió firme en su propósito pese a que dentro de ella algo se resquebrajaba y le causaba un profundo dolor ... un dolor indescriptible que debía ocultar ... Severus la tomó de la mano con firmeza pero con amabilidad cuando llegó junto a él sin mirarla, estaba casi tan ofendido como ella de ese matrimonio pero debía respetar los acuerdos familiares si quería considerarse parte de ellos y el mismo había sido firmado con fuego, algo que en el mundo de la magia es irrompible so pena de muerte, así que ahí estaba, casándose con la "insufrible sabelotodo de Granger" y acabando con su libertad, su vida y su soledad que tanto amaba ... la mano pequeñita de ella se posó en la de él y la ceremonia se llevó a cabo, dijeron sus votos y se dieron un frío beso en la mejilla, luego se celebró la fiesta, fiesta de la cuál Severus se disculpó y no asistió y Hermione, sin importarle en lo más mínimo, se quedó conversando con sus amistades. Cuando todo acabó, Severus apareció a buscarla para llevarla a su casa, no tenía ganas de estar con ella ni verla pero no podía dejarla botada, así que brevemente le explicó que vivirían en Howarts porque él no dejaría de impartir sus clases por causa de una esposa que le habían impuesto y que Dumbledore no había objetado en lo más mínimo, así que se conformara con lo que había, que todas sus pertenencias ya estaban en los aposentos y que no necesitaría nada más, Hermione asintió sin articular palabra y lo siguió. Era de noche cuando llegaron, los estudiantes se encontraban en vacaciones por lo que solamente estaba el cuerpo docente y una que otra persona, ex alumnos, magos y brujas que concurrían a la espléndida biblioteca a realizar consultas ... y ellos.
Hermione, que ya era mayor de edad hace tiempo, se estremeció cuando llegó a su nuevo hogar, oscuro, solitario, tétrico, Severus le abrió amablemente la puerta para que ella entrara primero y todos los recuerdos de su adolescencia se le presentaron de golpe ... recorrió con la mirada las masmorras que su marido usaba como vivienda y pensó que no le quedaba otra que conformarse por el momento, así que ingresó en silencio.
- ¿Qué le pasa, Srta. Granger? - le preguntó Snape con su tono de voz sarcástico acostumbrado - ¿acaso le comió la lengua el gato?
- Recuerde, Profesor Snape, que ya no soy más la "Srta. Granger", sino la "Sra. de Severus Snape" - le respondió con su mismo tono de voz, sarcástico y con una leve sonrisa.
Severus tragó en seco al verla sonreír ¡¡se veía tan bella!!, molesto giró para respirar con calma y no seguir soñando con esa mujer imposible pese a ser su esposa, cerró la puerta de golpe, molesto, Hermione lo supo sin necesidad de hablar, lo conocía demasiado bien como para poder adivinar sus emociones, pese a que siempre la relación entre ellos fue de profesor a alumna y muy formal.
- Granger, dormirás en la habitación, donde están todas tus cosas, dispón de ella como se te antoje - dijo él por fin sirviéndo dos vasitos con un licor muy dulce que llenó el ambiente de dulzor y fragancias alegres. Hermione se sintió dichosa con ese aroma y su mente la transportó a campos lleno de flores, sol tibio de primavera, aire puro y cielo despejado celeste que cubría su cabecita, sus zapatos estaban lejos de ella mientras que dos niños jugaban a su alrededor felices, sonrió ante esa sensación y sus ojos se iluminaron. Severus no perdió detalle de los gestos de su joven esposa, Granger siempre había sido bella, pero ahora que era una mujer era diferente, cuando sonreía sentía que le detenía el corazón y que todo se paralizaba para admirarla y sonreír con ella, él se sintió transportado al interior de una casa de campo en medio de paz y luz, donde veía a Hermione desde una ventana y ella jugueteaba feliz y libre sin zapatos por el pasto verde junto a dos pequeños ... él era un espectador de tan encantador ensueño, él no era nada, él estaba ahí observando y admirando lo que podía ser suyo o podía ser de otro, supo que la elección era exclusivamente de él pues Hermione ya había escogido y no dependía de ella ... de pronto ambos volvieron a la realidad de golpe, Hermione se sonrojó intensamente al ver los ojos de su marido fijos en ella como nunca antes la había mirado y ese color delicado que adornó su rostro perfecto le dieron una belleza diferente que Severus no había visto en ninguna mujer, avergonzada, bajó la mirada y le dio la espalda, él sonrió sin decir nada.
- Pensé que querías beber un poco - le dijo acercándosele por la espalda con cortesía y pasándole la copita - es un licor muy especial ... muy delicado y único.
- Gracias - dijo Hermione con voz suave tomando la copita de la mano de Severus, y sin querer sus manos se rozaron levemente, el corazón de ella latió con prisa y de manera desconocida, mientras que su respiración se aceleraba sin poder controlarla, sin saber cómo, sacó fuerzas de flaqueza y sus ojos se posaron directamente en los de Snape, donde insistió en dejarlos posados. Ese pequeño contacto hizo que la mente y el corazón de Severus latieran desbocados, un calor desconocido se presentó en su cuerpo y su respiración se intensificó al contemplar los ojos de estrellas que Hermione poseía, unos ojos cafés que hablaban por ella y le decían todas las cosas que su dueña no se atrevía, no necesitaba usar la oclumancia para saber que Hermione estaba tan confundida y nerviosa como él y que Bill había dejado de existir para su esposa. Severus quitó su mano lentamente de la copa, con desgano, y se alejó de ella para tomar asiento en el extremo de la habitación. Hermione sonrió femeninamente al percatarse de la lucha interna que su esposo tenía en su interior y le gustó, su ego estaba satisfecho ante ese pequeño logro de romper la barrera de acero de Snape.
- Puedes estar tranquila, Granger, que no te molestaré en lo más mínimo - le dijo él cambiando el ambiente mágico que se había producido entre ambos.
Hermione lo miró y sus ojos preguntaron lo que sus labios no se atrevieron.
- Una esposa no estaba contemplada en mis planes - le dijo él con voz dura y haciendo un sobreesfuerzo de mirarla a los ojos - quiero continuar con mi vida y para eso necesito que no te entrometas donde no debes y yo, por mi parte, no me meteré en tus cosas ... puedes hacer lo que quieras.
Hermione se sentó en silencio en un banquito escuchando a su esposo, observó atenta el licor al calor de la chimenea que Severus había encendido al llegar, era de color de oro, hermoso y puro, su aroma única era un perfume delicado y su saber ... apenas lo rozó con sus labios y se sintió otra mujer, una mujer diferente y segura que era capaz de hacer todas las cosas que quisiera, una mujer ultra femenina, coqueta, con las hormonas revolucionadas. Severus contempló los cambios que su esposa sufría, miró extrañado el licor ¿acaso estaba hechizado? se levantó para observar la botella y la vio igual que siempre ¿qué pasaba entonces? el aroma y color eran los de siempre, no entendía qué pasaba con Hermione ... y con él. El semblante de ella cambió totalmente, ahora su mirada era la de una loba en celo que no se conformaría con un no por respuesta, su cabello delicado estaba desordenado y su cuerpo despedía un aroma a mujer que lo alteró a niveles desconocidos, Hermione lo miró sin acercársele pero Severus supo que estaba haciendo esfuerzos sobrehumanos para no saltarle encima y devorárselo ... ella se sacó parte de su ropa al sentirse acalorada y él pudo contemplar parte del cuerpo femenino que quedó apenas cubierto con el mínimo de ropa ... Hermione era una belleza fresca y pura en todo su esplendor, su respiración anhelante hacía que sus pechos perfectos se movieran sensualmente y unas gotas de sudor rodaron por ella dándole un encanto salvaje y libidinoso.
- ¿Qué está pasando? - le preguntó ella alterada sin entender lo que le sucedía a su cuerpo y a su mente - ¿acaso me estás hechizando para sedurcirme?
Severus negó en silencio con sinceridad, no era él, era el licor, pero el licor era el de siempre y jamás de los jamaces había pasado nada ¿por qué ahora actuaba así? él millares de veces lo había tomado y solo quiso ser amable con su mujer al ofrecerle un traguito para pasar las penas ... no lo comprendía ... pero viendo el rumbo que estaban tomando las cosas y viendo que Hermione lo deseaba con locura y desesperación, se arriesgó y tomó un traguito ... ella, al verlo dispuesto a todo, lo imitó tomando otro sorbito, no tenía nada que perder y así nadie le diría que su matrimonio no se había consumado, así la familia de él no podría cobrarle nada a su padre y quien sabe lo que podría pasar después de una noche de lujuria descontrolada ... dispuesta a no amargarse y pasarlo bien, tomó un sorbo más grande ... ahora Severus se le presentaba como el hombre más atractivo del planeta, tuvo un deseo descontrolado de besarlo, tocarlo, acariciarlo que las manos masculinas recorrieran su cuerpo y besaran todos los rincones prohibidos para el resto de la humanidad que ahora solo serían para él. Severus pensó un poco antes de beber del licor, recordó que siempre había encontrado hermosa a Hermione, desde la primera vez que la vio tan pequeña y frágil, tan delicada como una plumita, siempre brillante, siempre esplendida, siempre rodeada de un halo de luz que cegaba de alegría a quien la viera ... no podía negarlo, siempre se había sentido atraído por esa niña insufrible, y por ese motivo la había castigado de más y había hecho que sus castigos los pasara a su lado, para sentir la presencia de esa niña que algún día crecería y que jamás sería suya ... hasta ahora ... el tener a Granger ahí de pie, toda sensual y crecida, toda una mujer, dispuesta a entregarse voluntariamente a él, era un sueño más allá de lo posible ... y quería sumplir ese sueño que tantas noches lo había desvelado ... Granger siempre había sido una fruta prohibida, ahora esa fruta era de él ... la mirada de cazadora de ella le decían todo ¿acaso iba a esperarlo toda la vida a que se decidiera? Severus tomó del licor ... no bien lo hizo, se acercó con determinación a Hermione, la abrazó con fuerza por la cintura, la atrajo hacia su cuerpo y la miró directo a los ojos ... ¿qué esperas, Severus? le dijo una voz femenina en el interior de su cabeza, era la voz de su esposa que había traspasado sus pensamientos, la besó locamente en los labios exigiendo entrega total y saboreando el dulzor femenino, Hermione se sintió perdida en ese beso, nunca antes la habían besado así, nunca antes había sido deseada a niveles de perder la razón, ¡era tan exquisito! se abrazó al cuerpo de su marido entregándose por completo, gozando de ese beso como nunca había gozado nada antes, sintiéndose femenina y perdida en un mar de hormonas alocadas que adoró. Severus estaba igual, loco de deseos por esa mujer fantástica, loco de amor por ese ser tan frágil que durante años amó en silencio y que durante esa misma cantidad de años negó tajantemente, sus manos inquietas recorrieron el cuerpo femenino disfrutando de su suavidad de terciopelo y su delicadeza, bajó sus labios para besar la garganta perfumada y pálida, feliz, dichoso ante tanta femeneidad, ya no aguantaba más sus deseos, tenía que hacerla suya o explotaría, sin pensarlo, tomó a Hermione entre sus brazos y se la llevó a su dormitorio donde la luz de la luna fue la única testigo de tanta pasíón y tantos deseos desenfrenados que envolvió a esos dos seres que jamás pensaron que estarían juntos y gozarían tanto el uno del otro, era una sed que sentian que no se saciaba y era un incontrolable deseo de estar y complacer al otro sin miramientos ... como si de verdad se amaran ... al menos Severus supo a ciencia cierta que lo que estaba haciendo con Hermione era amor de verdad pues lo reconoció antes de tomar el licor.
Hermione despertó al otro día toda confundida, sabía lo que había pasado pero no se lo explicaba, no entendía cómo había deseado con tanto ardor a su esposo y cómo la había hecho sentir tan mujer, como nadie, ni Bill, la habían hecho sentir así. Un pesado brazo la rodeaba por la cintura desnuda y la mano se posaba con confianza en su vientre, era la mano de Severus que la tenía apretada contra él, contra su cuerpo desnudo y varonil, fuerte y perfumado a hombre limpio. Hermione se movió para mirarlo dormir, sus ojos se posaron en el rostro de su esposo pero tambien recorrieron con algo de lascivia el cuerpo masculino, recordó cuando era adolescente y se portaba mal a propósito para que Severus la castagara y así poder estar con él un poco más de tiempo y disfrutar de las presencia de su querido profesor ... sonrió ante los recuerdos de antaño, ella había amado a su profesor de pociones en silencio, y él nunca se fijó en ella, era demasiado niña para él que era un hombre hecho y derecho, mientras ella soñaba y disfrutaba de su presencia cercana, él era un total arrogante y desagradable que despreciaba a todos sus alumnos, especialmente a ella, por ser amiga del odioso de Potter ... ¡cuantas noches no soñó con robarle un beso a su profesor! cuantas veces se dirigió con alegría a las clases de pociones porque estaría él impartiendo las cátedras ... sonrió ante sus recuerdos, Snape había sido el gran amor de su juventud y no podía negarlo ya más, después de esa magnífica noche, era el amor de su vida.
- ¿Qué tanto me vez, Granger? - le dijo él sin abrir los ojos y asusntándola al tomarla de sorpresa, pero sin nunca soltarla de su abrazo.
- Nada ... nada ... - dijo con voz baja.
- ¿Tienes alguna idea de lo que pasó anoche? - le preguntó él soltándola lentamente de su abrazo.
Hermione negó, al sentir la atenta mirada masculina en su rostro, éste se enrojeció vivamente lo que enterneció a Severus quien en un acto de total entrega, levantó su mano para despejar el delicado rostro femenino de unos mechones de cabello rebelde que la hacían verse más niña de lo que era, le acarició el rostro con infinita suavidad, gozando de contacto de esa piel de porcerlana. Ella, nerviosa, desvió su rostro, pero al sentir el contacto de la mano de su esposo en su rostro, fijó sus ojitos en los de él y dejándose llevar por sus emociones, le dio un beso en los labios muy tímido, Severus se llenó de deseo por su mujer y la abrazó contra él para profundizar ese beso y acariciar la piel desnuda de Hermione, la piel perfecta y delicada que tanto placer le brindaba su solo contacto."

(Continúo en casa!!! estoy en la pega y me tengo que ir, lo hice todo acá ... ojalá haya gustado, a mi sí ... jajajaja)

Besitos!!

sábado, 19 de septiembre de 2009

Gatùbela

Estuve viendo esta movie, màs bien, admirando esta movie un dìa de descanso ... se muestra una chica muy bella llamada Patiente pero muy reprimida donde escucha y ve algo que no debe, es asesinada y la trae de vuelta a la vida una preciosa gata de raza Mau Egipcio llamada "Midnight" (Medianoche) ... la preciosa gata la habìa escogido y se supone que era la mensajera de la diosa egipcia "Bastet", la habìa escogido por la pureza de su alma y su amor por los demàs ... la cosa es que la chica "renace" totalmente en personalidad y destrezas ... estaba frecuentando a un hombre muy guapo y muy bueno, un policìa, que se enamora locamente de esta "nueva mujer" ... pero entre todo lo que pasa, ella termina rechazàndolo pues le dice que ambas vidas son demasiado diferentes para compartirlas ... obvio, si ella en la historia de los cartoons es la mujer que el fabuloso multimillonario Bruno Dìaz màs conocido como "Batman", ama ... y con todo el amor de su corazòn (a pesar de que en los antiguos cartoons eran rivales, en mis tiempos de niñez eran rivales pero se amaban) ... què puedo decir, desde niña que amo a Batman porque no tiene superpoderes como los otros hèroes sino que es entrenamiento e ingenio (igual que el Zorro, otro gran personaje) ... y esta chica, consciente de su cambio, de su sexualidad viva y atrevida, deja al policìa, sabiendo que algo mejor y destinado a ser el hombre de su vida llegarà ... Patiente o Gatùbela, no solo es bella, sino que es activa, fuerte y una mujer decidida que vive una doble vida, de dìa es la diseñadora introvertida pero con el cambio todos a su alrededor empiezan a notar de buena manera y de noche es la mujer fuerte, decidida y sexual que camina de negro por las azoteas de Ciudad Gòtica, con paso firme y escondiendo con antifaz su belleza ... pensè miles de veces mientras veìa la movie ¡¡què ganas de ser ella!! ... no en vano, la hermosura de Halle Berry està en todo su esplendor y saben explotar ese punto de ella, de hecho ya no me imagino una nueva de Catwoman sin esta actriz ... pensè miles de veces mientras veìa la movie que mi sueño serìa ser esa mujer ... pero despuès pensè que no tenìa nada que envidiarle pues en el fondo soy parte de las miles de gatùbelas que existen en el mundo y que deben llevar necesariamente una doble vida ... y ese pensamiento me hizo muy bien pues me llenò de bienestar y orgullo de ser dueña de algo mìo y muy mìo que no le pertenece a nadie màs y que me hace guardarlo como tesoro invaluable ... ahora, el desear tener la belleza de Halle Berry, bueno, todas las mujeres lo hemos deseado ... pero solo la belleza, nunca he deseado a ninguna mujer, excepto a la de Lan Chile, ella es la ùnica privilegiada aùn.

La movie tambièn me ayudò a pensar en el amor de esta fabulosa chica, en Batman, ojalà que mi propio batman sea un poco como èl y use lo menos posible el famoso "rosario" que usan los hombres para conquitar a una mujer fuerte y exitosa (que incluso el policìa usò para conquistar a Gatúbela), y que tanto me carga: "tienes lindos ojos, que lindo pelo, eres una mujer sumamente inteligente, me encanta escuchar tu voz, eres especial, eres distinta, no entiendo como una mujer como tù està sola, es increìble tu pega, ¿por què no tuviste hijos estando casada?, ¿los gatos, te gustan? yo los odio porque lo mìo son los perros ...." y todas esas cosas que dicen, yo le digo rosario porque repiten como papagayos las mismas cosas como si las hubieran leìdo en un manual o se las enseñaron (para mi gusto, una total falta de sesos y creatividad, no entiendo el cómo mujeres inteligentes caen con esas sandeces), de todas esas frases tìpicas que usan desde los obreros hasta los médicos, la que màs me hace rechazar un hombre es "eres especial" ¡como si yo no supiera que en verdad lo soy! esa frase es la que me hace salir corriendo y dar mal un numero de celular y/o rechazar dar mi maily si al final lo doy, lo hago mal ... pucha, ojalà mi batman tenga sesos suficientes para que no me diga este rosario que todos repiten en la primera cita y que hace que mujeres como catwoman salgan corriendo (¡y somos muchas!).

************************************************************************

sábado, 12 de septiembre de 2009

La chica de Lan Chile

Como siempre, me fui al trabajo, cerrè la puerta de la casa comprobando que estaba cerrada y me encaminè al metro, pensando y pensando en muchas cosas buenas ... el metro llegò y como es habitual en èl, venìa llenìsimo pero bajaron unas 2 personas las que me permitieron subir ... yo iba como siempre, maquillaje y ropa formal sport, linda, femenina, limpia y perfumada ... no me extrañò que los varones me mirasen màs de la cuenta, eso es parte de la normalidad y si no lo hacen me siento extraterrestre ... sin embargo, en una de las estaciones, antes de abanadonar la comuna, subiò una chica que no llamò particularmente la atenciòn, pero notè algo con el andar del tren: me miraba màs de lo que una mujer hace con otra, pensè que podìa ser porque le gustaba mi ropa pero era casi imposible que me la viera dado lo repleto del carro, pensè que yo tenìa algo en la cara, pero estaba impecable asì que no era eso, pensè que alguno de los varones que estaban cerca de mì llamaban su atenciòn pero tampoco era la razòn ... y de repente se me cayò la teja: me miraba a mì y no a lo que traìa ... me miraba descaradamente cuando podìa, como estàbamos un poco alejadas la una de la otra, habìa que dar vuelta la cara para hacerlo, pero ella se tomaba la molestia y no dejaba de hacerlo ... asì que si ella lo hacìa, yo decidì hacerlo tambièn y ahì recièn la vi como ella lo hacìa conmigo: era muy pero muy linda, de mi edad, con ropa de Lan Chile asì que supuse que era azafata o algùn tipo de profesional de esa empresa sobre todo si vive en ese sector de la comuna, que es muy caro y exclusivo ... la gran diferencia entre ella y yo era el color de la piel, mientras yo soy muy blanca y colorina, ella era muy morena y de cabello castaño oscuro ... pero la encontrè tan linda, tan linda ... claro que ella desviò su vista cuando notò que le devolvì la mirada, le dio plancha ... la diferencia es que durante unos instantes me llegò a molestar su insistencia, pero despuès lo hice con ella y se sintiò perturbada ... claro que yo nunca me sentì acosada ni incòmoda, solo que no cachaba què querìa ... bueno, despuès cuando hubo que bajar cada una siguiò su camino y nos perdimos en la misma estaciòn ...pero no voy a negar que primera vez en mi vida que veo a una mujer con otros ojos y la encuentro tan bonita, pues debo reconocer que nunca las encuentro bonitas, solo me encuentro yo linda ... y esto pasò al olvido ... hasta que el viernes 11 vi la pelìcula "Gìa", la historia verìdica de una supermodelo, interpretada por Angelina Jolia antes de ser famosa, pero espectacularmente hermosa, la relaciòn y su amor incondicional por Linda, el gran y ùnico amor de su vida, la mujer que amò loca, intensamente y profundamente, y que era tan bella como ella, me hizo recordar a esta chica morena tan linda ... no nos hemos visto màs, dudo que lo hagamos y que coincidamos en carro, puerta y hora pero no voy a negar que me gustò, ella claro, ella era tan linda, pero no me hizo soñar con estar con otras mujeres ni nada parecido, aùn prefiero a los hombres y los sigo deseando con la misma intensidad de siempre ... pero ella, creo que podrìa estar con ella ... bueno, la vida tiene muchas vueltas y quien sabe lo que pueda pasar, aunque si no la veo màs, poco me importa ... solo la volvì a recordar gracias a Gìa. Despuès de ese fugaz encuentro, lindo y diferente a todas las experiencias que he vivido con anterioridad me ha cambiado la visiòn del mundo, ahora sè que no es la ùnica que me ha mirado, hay muchas otras que me miran de manera diferente en la calle y el metro, en el mall o cuando salgo a las fiestas de los 90`s con amigos ... pero de todas maneras, me quedo con ella, la chica de Lan Chile.


Recomendaciòn: Ver Gìa con un acompañante ad doc ... es decir, con una hermosa mujer y copiar las escenas donde ellas estan juntas amandose pues ambas se amaron como solo las mujeres podemos amar ... Gìa amaba a Linda y Linda amò a Gìa hasta que las drogas las separaron, ni siquiera fue el novio de Linda, sino las drogas de Gìa ... linda la escena cuando Linda le pide una oportunidad de volver y Gìa accede diciendole que siempre habìa sido la ùnica y que era maravillosa, es la ùltima vez que se ven hasta que Gìa fallece a los 26 años de SIDA.