sábado, 13 de febrero de 2010

Una escapada con Juan Carlos


A Juan Carlos lo conocía hace tiempo, de esos días de cuando yo estaba full en el inframundo de la ciudad visitando pubs deshinibidos, donde conocí mucha gente con los mismos intereses, donde vi cosas que el común de la gente no ve y donde aprendí y experimenté cosas del sexo que de ninguna otra manera habría conocido.
Estaba yo con Ed de pareja era malo malo malo en la cama, lo que les he contado varias veces, y tenía la vena hinchadísima de un polvo pues él no me satisfacía ni era capaz de seguir mi ritmo ... pese al cariño y sentir fuerte por Ed, por el msn me contacté con uno de los chicos de esos días que yo ya conocía bien, Juan Carlos, y con el que había interactuado ya, nos pusimos de acuerdo para un polvo en vez de un almuerzo. Como ambos trabajábamos, entre el fono, los emails que se ocupaban exclusivamente para esos asuntos y los celulares, quedamos de acuerdo de juntarnos en cierta estación de metro porque él vivía a pasos de ella en un depa bien cómodo ... yo ese día estaba feliz, estaba que "cortaba las huinchas" y compré los preservativos que no me provocaban alergia, en vez de ir a almorzar en la pega tomé el metro y me fui a reunir con Juan Carlos ... lo que más me gustaba de la aventura era el secreto en que se desarrollaría, 100% privada, y que absolutamente nadie sabría, lo que le daba un sabor exquisito que más me excitaba sobre todo porque tanto él como yo teníamos parejas que no estaban involucradas en lo que había pasado en esos días de "vida loca" como Derek llamaba, días que fueron maravillosos y muy liberadores ... estaba yo en esa estación de metro esperándolo, con mi ropa de trabajo tipo ejecutiva cuando lo vi aparecer con su terno y corbata, era extraño porque siempre nos vimos con ropa de carrete y de inframundo, es decir, absolutamente nada que ver a la ropa de oficina que ambos traíamos, Juan Carlos había tenido sexo conmigo en el inframundo porque lo escogí y aceptó, era guapo, muy pero muy guapo, joven como yo, sin atados, con las ideas claras, profesional pero de la arquitectura y le iba sumamente bien en lo que hacía ... era extraño verlo tan formal si siempre lo vi relajado y jeans oscuros, él también me vio extrañado después de la ropa ajustada, de las minifaldas, del maquillaje cargado por ser un estilo de vida nocturno y hasta el peinado diferente ... creo que los dos nos quedamos mirando desde cierta distancia para reconocernos bien por lo diferentes que estábamos, pero Juan Carlos sonrió cautivadoramente y se me acercó con decisión, yo no alcancé a reaccionar pues el tipo era más rápido que yo y solo sentí que me rodeó el cuerpo con sus brazos a través de mi cintura y me dio un leve beso en los labios, yo lo corrí en el acto ¿cómo se le ocurría darme un beso en la boca en un lugar público? pudo vernos cualquiera, un amigo de Edward, un pariente, quien sabe, pero eso jamás debe hacerse con las "amistades con ventaja" sobre todo cuando ya hay pareja ... Juan Carlos entendió y sin dejar de sonreírme asintió soltándome, me dijo: - ¿Vamos? - y yo le dije que sí pues los minutos corrían para volver a nuestras respectivas pegas, caminamos conversando de como estábamos y de cómo nos iba, esas cosas de cortesía que se hablan, después de todo, nos ubicábamos bien y habíamos tenido ya sexo hace un tiempo atrás, en el camino me susurró al oído con un tono de voz muy bajo y muy eroticamente: - Bella, te ves realmente hermosa con tu ropa de trabajo - me excitó el tono que ocupó y sentí que mi temperatura aumentaba al mismo tiempo que me mojaba más de lo que estaba, yo estaba con falda así que sería más fácil sacarsela e interactuar para lo que fuera ... yo conocía su depa, era grande, iluminado, bien ubicado, lo que un arquitecto exitoso joven puede pagar, a pasos del metro, asi que llegamos en unos segundos y entramos, Juan Carlos estaba más relajado que yo, él era jefe en su pega así que tenía horario más largo para almorzar y si demoraba, nadie le diría nada pues para eso él era el jefe, la cosa es que entramos y me ofreció algo para tomar cosa que acepté siendo sin alcohol, recordé lo atento y siempre dulce que fue Juan Carlos conmigo, desde la primera vez que tuve sexo con él fue atento, preocupado y cariñoso, no como otros que van directo al sexo, él se destacaba por tratar a las mujeres así con delicadeza y era en extremo suave conmigo al menos porque yo soy tan delicada que él entendió que yo lo era y no le importó serlo como hombre, por eso mismo varias veces habíamos tenido unos buenos polvos ... bueno, me sirvió la siempre deliciosa Coca Cola Light que amo hace años y adoro, y me dijo: - ¿Vamos a mi dormitorio? - cosa que asentí pues íbamos a "eso". En el tremendo dormitorio, super iluminado y medio desordenado, estaban sus cosas de diario y la cama de 2 plazas perfectamente bien hecha: - Recordé que te gustaban las camas hechas así que por primera vez en la semana la hice - me dijo super relajado mientras se sacaba la chaqueta, la corbata y se empezaba a desabrochar la camisa, le pregunté si su chica, su pareja, no le incomodaba estar en una cama sin hacer y dijo que si le encontraba algo desordenado, ella ordenaba así que estaba todo bien ... dejé mi cartera al lado del velador y me saqué la chaqueta, empecé a desbrocharme la blusa pero Juan Carlos siempre atento y todo un gentleman, interrumpió mis dedos ansiosos y no me dejó continuar para seguir él mientras me acercaba a su torso ya desnudo y me besaba la garganta de una manera que yo sentía que me hacía cariño y cosquillitas de lo rico que se sintió, puse mis manos en su cuerpo fuerte mientras él me sacaba la blusa y me acariciaba la espalda suavemente, él en todo era como si a una la tocara con una plumita de lo preocupado que era, yo estaba excitaba desde el día que supe que ese momento llegaría y cerraba los ojos disfrutando de lo que estaba viviendo, estaba tan desesperada por tener sexo que trataba de apurar la cosa pero él notando mi nerviosismo no me dejó actuar para que disfrutara de ese encuentro casual que yo tanto necesitaba y que, en el fondo me estaba haciendo un "favor" que sería tan placentero para él como para mí ... me bajé de mis tacos y quedando más bajita que él, me saqué las medias y me quedé con mi ropa interior y una camisetita apretada que hacía el juego sabiendo que tendría sexo con un hombre que me gustaba me había preparado mientras él se sacaba presuroso los zapatos y desabrochaba sus pantalones sin sacárselo para llevarme a su cama y recostarme mientras me besaba los labios metiéndome toda su lengua en la boca, era exquisito pues estaba lleno de lujuria como yo, y sin dejar de besarme se puso arriba de mí donde yo pude sentir su miembro listo a través de la ropa, me tocó por sobre la ropa interior los senos que lo enoquecían y bajé mis manos para acariciarle el miembro que placeres previos me había dado, me iba a quitar la camisetita pero me tomó las muñecas con sus manos para negar con su cabeza antes de decir - Bella, me encanta tu ropa interior de encaje negro, te resalta tu piel tan blanquita y delicada, ¡¡me encanta y me calienta más!! ... así que déjatela ¿si? - le dije que sí mientras él se sacaba los pantalones y la ropa interior, no dejaba de besarme o tocarme, le gustaba tener polvos conmigo como varias veces me lo había dicho y mientras él se quedaba sin nada de ropa, yo aproveché de sacar los preservativos de mi carterita, se los pasé para que se lo pusiera pero me lo tomó y me miró dudoso, noté que me quería decir algo pero no se atrevía así que durante unos segundos dudó, supe que quería pedirme algo pero le daba plancha y con la mirada le hice la pregunta, Juan Carlos dudó otros segundos más antes de hablar: - Bella, ¿cuántas veces lo hemos hecho? - contesté rapidamente con la verdad - Ni idea - Juan Carlos sonrió con mi comentario - Varias veces, por lo menos unas 5 ... y ya sabemos bien como son los gustos del otro ¿verdad? - asentí porque era verdad pero poco relevante al menos para mí, continuó - Me gustaría pedirte un super favor de especial y algo que nunca te he pedido ... - nuevamente dudó y yo que estaba con la media vena y lista me estaba impacientando, pero él se tomaba las cosas con calma - Quisiera pedirte que esta vez lo hiciéramos sin preservativo ... - no alcanzó a terminar la frase porque de mi boca salieron una serie de reclamos - ¿Cómo se te ocurre pedirme eso?¿estás loco? ambos tenemos parejas y sabes lo peligroso que ... - me interrumpió con un beso en los labios, un beso exquisito que revivió todos mis deseos por él y la lujuria incontrolable que sentía, se ponía sobre mí y yo que estaba sin mis cuadros abrí las piernas instintivamente para hacerlo pero mi mente tuvo ese segundo de cordura que me hizo correrlo un poco de mí antes de que siguiera - Si vamos a tener un polvo, Juan Carlos, entonces ponte el preservativo o te lo pongo yo, pero no habrá otra manera de que lo hagamos - se sonrió y no me reclamó nada de nada porque no tenía ningún derecho a hacerlo, se lo puso y me volvió a besar mientras que me acariciaba con sus manos suavemente la poca piel desnuda que tenía, metió su mano por debajo de mi camisetita y me penetró al mismo tiempo, se sintió tan divino y delicioso, supe que sí estaba con preservativo pues la diferencia es obvia, pero mis deseos eran tales que lo único que yo quería era sexo, era rico porque él empezó suavecito, penetrádome delicadamente y entrando todo de una pero lo hizo suave y finamente, y una vez dentro de mí, lo movió apenas, muy discretamente, como apenas moviéndolo, era realmente una delicia y yo me perdía entre sus brazos que, de manera acostumbrada en él, me los pasó por detrás de la espalda para apretarme fuerte contra su cuerpo masculino y perfumado, era tan rico, podía sentir su respiración acelerada en mi oído, me besaba el rostro mientras que yo disfrutaba de su miembro dentro de mí moviéndose suavemente sin salir de mi cuerpo, mis manos recorrían su espalda fuerte y mis sentidos alterados podían disfrutar de su piel de macho más rica que todas las otras veces, pude sentirlo cambiar de ritmo para salir más sin dejarme del todo y hacerlo más rápido - Bella, sé que te gusta así ¿verdad? - me preguntó apenas pronunciando las palabras de lo agitado que estaba y yo solo asentí - Es tan rico hacerlo contigo, eres tan bonita ... ¡¡eres tan rica!! - me dijo entre besos agitados y acelerando el ritmo de la penetración ... yo estaba perdida, me encantaba sus movimientos tan masculinos, su miembro delicioso en mi sin sacarlo del todo, su penetración profunda hasta lo que más daba en cada embiste sin ser brusco ni troglodita, sino todo un gentleman preocupado de satisfacer y satisfacerse de manera que a su compañera le producía placer, era rico sentir sus muslos contra los míos, me encantaba su respiración cada vez más acelerada en mi oído y sus aromas de hombre impecable y que se había preocupado de ese encuentro, tal como yo, poniéndose perfume rico y haciéndolo de la manera exacta que sabía ya que me provocaba un enorme placer y que a él le gustaba de la misma manera que yo pues me lo había dicho en otras oprtunidades previas, aceleró cada vez más el ritmo y estaba a punto de terminar pero lo detuve un poquito porque era rico pero aún faltaba, entendió y respirando por la boca me miró a los ojos, me acarició suavemente el rostro con una mano, sin dejar de moverlo en ningún momento dentro de mí de esa manera tan rica y suavecita que hacía él, me besó en los labios y luego volvió a abrazarme fuerte pasando sus brazos por debajo de mi espalda, mientras su respiración acelerada en mi oído me excitaba nuevamente - ¿Está bien así?¿está rico para tí, Bella? - me preguntó agitado nuevamente y asentí sin pronunciar palabra alguna, con mis ojos cerrados siempre como toda la aventura, solo disfrutando, disfrutando de su miembro, de su masculinidad, de sus aromas, de sus movimientos, de él ... me fui en un polvo delicioso, divino, exquisito, mientras él lo tenía todo dentro de mí tal como al principio, apenas moviéndolo, como dándome la sensación de que estaba dentro de mí pero me rozaba apenas con sus movimientos suaves ¡una delicia! ... me sintió terminar y apuró el ritmo al mismo tiempo para acabar él segundos después en un polvo tan discreto y suave como el mío pero igualmente delicioso, ambos estábamos agitados y ambos satisfechos ... yo me sentía feliz y con menos estrés encima, necesitaba tanto de un polvo, tanto de descargar mis ganas de un buen sexo y mejor con alguien conocido que sabía como me gustaba y que ya me había dado otros éxtasis como aquel ... fue rico, muy delicioso ... me besó en los labios antes de separarse de mí para colocarse su ropa interior, yo sabía que debía darme un duchazo rápido pues es nada que ver andar así con los aromas de otra persona y menos si una esa misma noche haría el amor con Ed, pero la hora de volver a la pega era apremiante y pensé en darme la ducha llegando a mi santuario, así que empecé a ponerme la ropa para volver a laborar ... antes de irme, me tomé la Coca Cola Light que había dejado en el velador ... Juan Carlos me besó en los labios y me dio un abrazo bien tierno mientras me decía: - Discúlpame, Bella, por el pedido que te hice ... es que me gustas tanto, eres tan exquisita, que mi sueño es hacerlo contigo sin condón, me muero por sentirte mojadita y con tu cuerpecito apretándome sin una barrera ... disculpame ... - me dijo, y asentí, después de todo, en preguntar no hay engaño, y fue bueno que me lo preguntara pues su actitud fue super correcta, otro no lo habría hecho, se habría subido arriba de uno y así no más, sin respeto y sin consideraciones, pero como él era tan correcto y ese estilo de vida exige respeto que todos y todos siguen esos patrones.
Me comí una Dominó rica y volví a la pega un poquito tarde pero la suerte que nadie cachó, sí sentí que en el metro me miraron más de la cuenta, debo haber andado con las feromonas muy altas porque me miraron excesivamente los machos que iban cercanos a mi ... ¿y Ed?nuevamente, nunca supo de otra de mis andanzas estando con él.
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1 comentario:

Empty Shadows dijo...

Woooooooooooo buenísimo!!!
Como describes la situación!... me sentí identificada en muchas partes, es rico cuando te suben el ego diciéndote cosas al oído y más... que te abracen por debajo de la espalda, cuando están encima y te presionen contra su cuerpo... qué delicia!!!

Me alegro que te descargaras y ese novio que tenías, nunca supo la gran mujer que tuvo a su lado. Un gil, simplemente un GIL.

Saludos, guapa!