En el metro nuevamente

Siempre pasan cosas cuando menos se esperan, yo que volvía a mi casa en metro porque es el medio más rápido y barato para trasladarse por nuestra congestionada ciudad, cuando me encontré en la estación con un moreno exquisito con terno, perfumadito y de mi edad, tenía de esas barbitas que se cortan ellos mismos y que adoro porque me imagino que me la pasarán por el cuerpo rozándome de manera masculina y segura ... mmmmmmmmm ... ¡¡que exquisitez!! ... y no me vio porque estaba delante de mí y yo, a propósito, me puse detrás de él, obviamente con una intención bien planificada ... la cosa es que llegó el tren, bajó ene gente y él, como estaba delante de mí, subió antes y yo a la siga, así quedé delante de él y como se llenó, la gente me empujó contra él, así que mi espalda quedó pegadita a su cuerpo fuerte y masculino, hacía ene calor, y yo me apreté a propósito contra él para sentirlo y ¡¡claro!! funcionó ... era rico sentir a este desconocido hacer esfuerzos por controlarse y no excitarse con el contacto contra mi cuerpo chiquitito y delicado, la gente empujaba bajando y otros subiendo en las distintas estaciones, y el tipo no aguantó más y se lo empecé a sentir cada vez más rico detrás de mí, excitarse y respirar acelerado, con su miembro cada vez más duro y rozándome poquito porque le dio plancha que fuera tan evidente y se corría para atrás, pero yo me apretujaba sobre él para poder sentirlo en su esplendor y excitarme ante el solo hecho de que un total desconocido se calentara conmigo de esa manera tan evidente y tan exquisita, me calenté y mis hormonas se revolucionaron a mil, el miembro del tipo era exquisito, grande y grueso, me hubiera encantado haber tenido un polvo con él porque el tipo era tan rico pero tan rico ... seguro que debe haber sido todo un placer haber estado con él ... me dieron ganas de darle un agarrón para sentirlo bien con mi mano pero no lo hice porque yo iba camino a mi casa y me podía seguir, y como todos saben yo no dejo que nadie entre a mi depa, y en una de esas era un sicópata y una debe cuidarse ... pero no podía negar lo delicioso que era sentirlo rozandome, luego se rindió y él mismo se apretaba contra mí y el tumulto ayudaba pues nos empujaba uno contra el otro obligándonos a tocarnos ... puchas ¡que rico se sentía! mi imaginación voló, podía imaginármelo arriba de mí penetrándome con ese miembro exquisito, podía sentirlo dentro de mí entrar y salir, podía aspirar su aroma a hombre limpio y moreno fuerte, su barba rozándome la garganta, los hombros, los pechos, el vientre, su piel contra la mía, sudorosa y ardiente, sus manos inquietas recorriéndome ... uufff ... mi mente se imaginaba una y otra vez el cómo me penetraba y el cómo él se iba en un polvo eterno y estruendoso ... si no me pasó las manos por la cintura y me tocó los pechos fue porque ambos éramos un par de desconocidos y uno de los dos, yo en este caso, podría gritarle que me dejara en paz al degenerado, claro, no lo hubiera hecho pero pudo ser el caso, nunca se sabe cuando se interactúa en lugares públicos con extraños ... pero tuve que volver a la realidad cuando avisaron mi estación y antes de cruzar la puerta para marcharme, miré para atrás para verle el lindo rostro y, pese a que estaba con lentes oscuros, estaba transpirando nervioso sin saber cómo reaccionar, me siguió con la mirada pude notar ese gesto en él ... le sonreí levemente y me encaminé hacia mi depa.

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